Por que Atashi-sama... Es Atashi-sama (Glen~)

Solamente Atashi-sama podía ir por los pasillos de aquel centro como si fuera la dueña de aquello. Iba mascando un chicle y haciendo pompas con este, cada pompa más grande que la anterior, sin saber si aquello estaba prohibido, aunque poco le importaba. Atashi-sama era tan asombrosa que las prohibiciones quedaban poco asombrosas cuando se trataba de ella, y por lo tanto nadie la regañaba (?)

Iba hacia su dormitorio, su pequeña mascota, un pajarillo de plumaje amarillo, y de nombre Jülbird, estaba muerto de hambre, y hacía un rato que le picaba en la mano para que la alimentase. Y como su pajarito era tan asombrosa como ella, Jülchen tenía que ir a darle de comer.

Caminaba por detras del ave, que quería llegar cuanto antes a la habitación, la abrió con la llave metida en el llavero, junto con una bandera de Prusia y más llaves. Algunas no abrian nada, pero allí estaba.

La primera impresión del cuarto de la chica era una palabra. Leonera. Todo estaba completamente desordenado. En el suelo descansaba, entre muchas cosas, ropa de la prusa, libros, de clase y de ocio, zapatos, y alguna propaganda de locales que solían repartir por allí.

La cama estaba completamente desordenada. Las sábanas caidas en el suelo, más ropa encima de la cama, la verdad no sabía para que tenía tanta ropa, si la mayoría de las ocasiones debía de llevar el uniforme (?) pero aun así, ella era tan asombrosa que la tenía por si acaso.

Encima del escritorio, entre muchos folios limpios y pintados, había más ropa, maquillaje desperdigado y más libros.

Aunque entre tanto desorden, la prusa sabía donde tenía que busca. Abrió un cajón de la mesa, y allí estaba el alpiste de su querida Jülbird. Se lo echó en el comedero, mientras el pajarillo comía, la prusa "recogió" la ropa de encima de la cama. Es decir, la cogió, y la metió en el armario sin ni siquiera doblarla. Atashi-sama no tenía tiempo.

Una vez que se había asegurado que el armario no tenía peligro de derrumbe, se quitó los zapatos, y los dejó por ahí tirado, y se tumbó en la cama a descansar. Aunque no debía de estar tan tranquila. En el calendario de la pared apuntado en rojo, estaba apuntado que aquel día tocaba revisión de habitaciones. Lo hubiera visto sino hubiera un sujetador (Brassier xDD) enganchada a la chincheta.

... estupidas obligaciones de prefecto... no cabia duda que la administracion escolar solo buscaba como joderle la existencia, ¿acaso no tenian a alguien mas que le hiciera de su mono de circo? Evidentemente no, pues siempre que necesitaban un cuerpo mas trabajando lo llamaban a él SIN FALTA

Acaso tenia grabado en la frente "Estoy para lo que necesiten sin importar lo estupido que sea"? FUCK, sin duda llegaria el dia en que les meteria una lanza de gimnasia por el culo a todos esos bastardos infelices de la direccion... pero por lo pronto, debia cumplir con la tarea encargada: apoyar a los prefectos de la seccion de la preparatoria en su revision de habitaciones

Acaso no habia suficientes prefectos? Si todos eran como Arthur, no habia necesidad de un apoyo extra... aunque, ahora que lo pensaba, su hermanito le comento durante el desayuno que debia salir a un encargo de la Administracion (cerdos desobligados) y que no llegaria si no hasta entrada la tarde...

Bien, sin Arthur todo cambiaba: seguro que el resto de los prefectos solo holgazaneaba... y claro, todo seguia siendo culpa de la Direccion, que le encargaba su trabajo a otros...

...

Suspiro profundamente: si hacia aquella tarea con rapidez, seguro que estaria libre durante la tarde para salir a beber algo (circunstancias así le provocaban la necesidad de embriagarse todo la noche)

Paso a Servicios Escolares, donde le dieron una lista con aproximadamente 60 nombres y numeros de habitacion: eran los sujetos que le tocaba revisar, tanto hombres como mujeres... practicamente los edificios A, B y C

... no eran tantos como pensaba que le encargarian, pero no por eso estaba menos fastidiado: lidiar con un monton de adolescentes y "adultos jovenes" siempre era un problema, ya que no faltaba el que se hacia el gracioso, el prepotente, el desentendido y el clasico agresivo... aunque no le preocupaba demasiado: si alguno lo sacaba de sus casillas, sencillamente registraria en la computadora las faltas necesarias para una suspesion

A veces abusar de su autoridad le provocaba un sadico placer... ¡que bien le caeria un cigarro ahora!

...

En pocos minutos llego al primer edificio que debia revisar...

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Luego de un rato (en el que se encontro con todo tipo de estereotipos) y anotaba las respectivas fallas en unas libretas que debia entregar en Servicios (aunque tambien lo anotaba en su celular, por si alguien queria hacerse el gracioso y quitarle los apuntes) ya le tocaba atender el edifico C

Primer nombre en la lista de esa seccion: Jülchen Beilschmidt

Encontro su habitacion en el segundo piso del edifico, casi al final del pasillo central. Toco la puerta...

No respondio...

...

Volvio a tocar... y obtuvo la misma respuesta...

...

Se decidio girar la perilla y abrió la puerta lo suficiente para que su ocupante lo notara

...

...

Ahora bien, si tenia que describir esa habitacion seria con la palabra... BASURERO

Suspiro, pero no emitio ningun gesto que delatara su molestia, o alguna emocion si quiera

-Jülchen Beilschmidt - llamó mirando sus apuntes - Vengo a hacer la inspeccion de habitaciones - enseguida entro como si de su cuarto se tratara y comenzo a anotar todos las faltas y desperfectos en sus notas

...

La peor habitacion que habia visto

Una vez que Atashi-sama había cerrado los ojos y estaba en el septimo cielo, era muy dificil que algo o alguien la levantara, por lo que no era de extrañar que los golpes en la puerta ni siquiera la despertaran, es más, pensaba que aquellos golpes eran procedente de sus sueños. Desde luego no pensaba abrir, estaba tan tranquila soñando que se echaba una siesta en su tierra natal que ni el poco asombroso sonido de una puerta en sueños podía molestarla. Desde luego que no.

En cambio Jülbird, que estaba despierto dándose un festín, levanto su cabecita mirando hacia la puerta, para desplegar las alas y salir volando cuando la puerta se abrió. Una persona que no conocía entró, como asombroso pájaro fiel a Jülchen, cruzó la habitación, hasta llegar a su dueña, se posó en su frente y le dió un suave pero efectivo picotazo en la nariz que hizo que se levantara, entre un pequeño quejido. ¿Qué ocurría ahora?

Se estiró, mientras escuchaba una voz que no tenía que estar allí. Se volvió hacia ella con un gesto frustrado. ¿Inspección de habitaciones? Debía de ser una broma. Atashi-sama siempre lo apuntaba y no tenía constancia de que hubiera una programada para aquel día. Aquello era poco asombroso.

—¿En serio?—Habló con sorna levantandose—Siempre creí que para las habitaciones femeninas mandaban a... mujeres—La verdad no tenía ni idea, siempre que había tocado aquello, ella se encontraba fuera de su habitación. Aunque siempre estaba preparada.

—Además—Comenzó a bostezar sin reparo. Ahora que estaba durmiendo de manera tan tranquila y sin tener ninguna obligación para el resto de la tarde tenía que venir a molestarla—Atashi-sama no tenía constancia de esto.—Se acercó a la chincheta, tiró la ropa interior a la cama, y mostró un calendario con fechas de examenes, trabajos y otras notas importantes.—¿Ves? Atashi-sama no tiene...—¡No podía ser! Atashi-sama se había olvidado de aquellos. En rojo, con letras desordenadas y en alemán se podía leer "Ist es nicht erstaunlich, Inspektion Viertel! merken" (¡La no asombrosa limpieza de cuarto! Acuerdate). Desde luego aquella nota no había cumplido su proposito. Que poca asombrosa...

—Kesesese~—Su risa sonaba nerviosa, aunque no había que temer, Atashi-sama era tan asombrosa que seguramente le perdonaban aquello. Era lo menos que podía hacer el centro, teniendo en cuenta que ella le daba al lugar cierto toque asombroso que sin ella no tendría. Además aquel ser tenía la suerte de poder comunicarse con ella, seguro que eso también tenía que contar... Pero...—¡¿Se puede saber que cosas tan poco asombrosas estás apuntando?! Atashi-sama exige saber—No se había dado cuenta hasta ese momento que el chico estaba escribiendo algo.

Se pasó una mano por el cabello, mientras notaba como su pajarito se posaba en su cabeza con intención de calmar a su dueña y ayudarla a pensar en algo para solucionar aquello. De todas las soluciones que se le ocurrian, todas pasaban por manchar la habitación de rojo sangre o humillarse, y con la primera la habitación quedaba aun más ensuciada, y Atashi-sama nunca se iba a humillar. Por lo tanto... tenía que seguir pensando...

No reparó realmente en lo que decía la chica... aunque tampoco era demasiado difícil de deducir: seguro eran quejas o pretextos dado la apariencia de su habitación y, más que nada, que era la revisión "que causalmente" había olvidado...

... No estaba demasiado sorprendido: ella no era la primera que reaccionaba de la misma manera... ¿pero por qué? No era tan difícil recordar que la revisión era cada 2 meses, en la misma fecha (que te recordaban cada semana los estupidos profesores). En verdad tenias que ser idiota si lo olvidabas... o demasiado distraido

Suspiro: no era asunto suyo qué hacían o no hacían los alumnos de la preparatoria sobre la revisión

Apuntaba en su libreta todos los desperfectos y faltas de aquel cuarto... que le resultaron impresionantes dado que era la habitacion de un chica: ya había llenado 3 hojas... y todavía faltaba mirar los cajones, el armario y la cama...

-No puede ser -pensó al mirar el pequeño pollito que volaba en la habitación

Otra falla más...

Enseguida caminó hacia la puerta del armario para revisarlo... pero, nada mas lo abrio, apenas tuvo tiempo de hacerse a un lado para no ser arrastrado por toda la ropa, basura, zapatos y de más tiliches que salieron de ahi...

...

Sin duda era la peor habitación que habia visto...

Bien. Atashi-sama debía de actuar de manera rápida ahora que estaba ocupado apuntando todo lo que había en el armario. Con eso tendría para un buen rato. Era hora de ponerse manos a la obra.

Como si de una carrera se tratase, la prusa recogió, dobló y guardo toda la ropa del suelo, y la que recién se había caido del armario, guardandola de nuevo, aunque esta vez bien puesta. Por su parte, Jülbird le ayudaba a ordenar el escritorio, recogía los papeles del suelo, y tiraba a una bolsa las basura que podía.
Gracias a la ayuda del pajarito, simplemente le quedaba recoger los libros. Tenía suerte de que la cajonera fue el mueble en el que menos tiempo tardaba en buscar, y por lo tanto el que más ordenado estaba. Los zapatos iban debajo de la cama.

Cansada por todo aquello, se tumbó en la cama. Desde luego le tendrían que dar puntos por aquello. Aunque se levantó de nuevo para abrir la ventana, tenía pensado tirar la bolsa de basura por allí, pero seguramente llamaría demasiado la atención...

Antes de volverse al chico, se sentó en la cajonera. Por cierto, mucho prefecto y todo lo que el quisiera, pero no había tenido la educación de presentarse ante Atashi-sama. Eso era desde luego un gesto que ofendió a Atashi-sama. Dió una larga bocanada de aire, y dejó que el pollito se posara en su cabeza. Desde luego había observado como tomaba notas sobre ella. Aunque primero iba otra cosa.

—Erste (Primero)—Empezó, sin ni siquiera ver si había terminado de apuntar todavía lo del armario, ya recogido.—Ya no hace falta que apuntes nada. Es más, puedes romper todas tus notas pocos asombrosas—No se lo estaba sugiriendo, se lo estaba ordenado.—Zweite (Segundo)—Continuó, ahora el tema de su Jülbird.—La asombrosa Jülbird está autorizada por el director, todos los profesores y si te sirve de algo, por el psicologo. Allí está el asombroso papel que lo acredita—Señaló la mesa recién recogida, en la que encima de los libros de texto, descansaba un papel con el sello del instituto.

Le había costado bastante ese misero papel. El director, como ser poco asombroso se había negado en rotundo en un primer momento, aunque los profesores, que eran ligeramente asombrosos, al parecer le dijeron que gracias a Jülbird que le picoteaba la mano cada vez que se desconcentraba, prestaba atención a clase. Y luego llegó el psicologo para decirle que tener una mascota hacía que su asombroso ego se redujera. La verdad no creía en nada de aquello, pero si servía para que Jülbird estubiera de manera legal, bien recibido era.

—Und drittens(Y tercero)—Ahora llegaba "la mejor parte"—Puedes revisa toda la habitación excepto los tres primeros cajones de esta cajonera—Habló con voz de que allí tenía guardada la droga, y todo lo prohibido.

... miro de reojo como la chica, mientras él apuntaba todas las fallas de lo que salio del armario, recogia el resto de la habitacion con una velocidad impresionante...

Por otro lado, él ya no estaba anotando nada en especial: solo localizaba puntos en especifico que revisar, asi que fingio durante un rato que seguia anotando: asi pudo apreciar sus movimientos, siendo ayudada por ese pollito...

Pollito... eso inevitablemente le recordaba a cierto sujeto que conocio en el edificio A: la misma actitud, palabras y errores que esa chica...

... a todo esto, si logro recoger el resto del cuarto en menos de 5 minutos, ¿por que esperar hasta la revision para arreglar todo? Sin duda no entendia qué tenian en la cabeza los alumnos de la preparatoria...

Gracias a Dios no tenia que lidiar con esos problemas en los dormitorios de la seccion Universitaria

Ahora dirigiendose a los cajones, la escucho enumerarle varios puntos... que eran en cierta manera predecibles, pero le sorprendio un poco que tuviera un justificante para tener ese pollito

Miro el papel que descansaba en la mesa...

...

Vaya, vaya, asi que los imbeciles de la Administracion no podian hacer la revision de habitaciones, pero sí aprobar la presencia de un ave para una chica con una actitud molesta... aunque lo entendia: seguro que no habia otra manera para hacerla callar

Pero ademas de eso, poco le importo el primer y tercer punto que le "ordeno": ¿Romper sus notas? No es que no estuviera de acuerdo, pero no iba a echar su trabajo a la basura; respecto al tercero, A FUERZA tenia que revisar todos los cajones

Procedio con el tocador de enorme espejo cerca de la puerta: nada fuera de lo normal en los cajones, atras de ellos o abajo de... Ah, esperen, ¿esa era una edicion especial de Play Boy?

La saco con cuidado... que sorpresa, no imagino que una chica tuviera eso...

La dejo encima de la cama, lo anoto y siguio revisando. Faltaba la cama y el resto de los cajones de otro mueble junto a la ventana

Seguía sentada en aquella cajonera, sin dejar de observar a aquel ser que seguía buscando cosas en su cuarto. Ni que estuviera guardando... ¡porno! Sin creerse que el chico hubiera sacado aquello de su tocador, saltó de la cajonera, para acercarse a aquella revista con cara extraña. Malditos seres poco asombrosos que se dedicaban a hacer su vida menos asombrosa, aunque nunca lo conseguian.

Sabía de sobra que el chico no se iba a creer ahora nada de lo que le dijera. A pesar de que claramente era una burrada que una chica, y más Atashi-sama tuviera ese tipo de revistas en su cuarto. Y más cuando era una play boy de tío. Donde todas eran operadas y cuando se murieran en vez de enterrarlas había que tirarla al contenedor del plástico.

Indignada, tomó la revista con un par de dedos. Seguramente era de un pajero, a saber lo que habría hecho con ella, y la tiró a la bolsa de basura, como quien tiraba la cosa más asquerosa del mundo.

—Te sonara a los tópicos pocos asombrosos, pero no es de Atashi-sama—Le espetó, cruzándose de brazos y con gesto enfadado. No podía permitir que la gente pensara que estaba en plan de tener guardadas ese tipo de revistas. Era poco asombroso.—¡¿Tan necesitada vez a Atashi-sama para que pienses que esa revista es suya?!—No pudo evitar decir, sentandose en la cama, recién hecha, de sábanas de pollitos.

Cuando se enterase de quien era el desgraciado que había puesto aquel trozo de papel allí, iba a desear morir de todo lo que le iba a hacer. Ya lo tenía todo planeado y le daba exactamente igual si hubiera sido un hombre o una mujer. Incluso miró de manera desconfiada al prefecto. Pensaba que incluso él había sido capaz de poner aquello en su asombrosa habitación, por el simple hecho de que había logrado arreglarla y que ya no tenía nada que apuntarle. Por cierto... ¡¿había tenido la desfachatez de seguir tomando notas, aun cuando Atashi-sama le había dicho eso?

En el resto de la habitación podía mirar de manera tranquila. Debajo de la cama solo tenía los zapatos, que recién lo había mirado para poder guardarlos. Y en esa cajonera tan secreta... ¡La cajonera! Saltó de nuevo de la cama, para volver a sentarse en ella. Con sus piernas tapaba aquellos tres primeros cajones. No iba a permitir que aquel desconocido y encima con cara de pervertido (?) metiera sus narices en su ropa interior, donde tenía muy claro que no había nada que pudiera comprometer su asombrosa personalidad en el centro. Y menos cuando ni siquiera la había invitado a una cerveza, ni dicho su nombre, aunque lo segundo era menos asombroso, y por lo tanto le importaba menos.

Allí sentaba echó una ojeada a la parte de atrás de la cajonera. No había nada. La parte de abajo ya la había visto mientras metía los zapatos debajo de la cama.
Se cruzó de brazos allí sentada, esperando a que aquel infierno acabase.

Continuo mirando los cajones luego del descubrimiento de la revista... en realidad no le importaba qué estaba haciendo eso ahi: solo debia anotarlo y ya

Prosiguio a ver debajo de la cama, en las esquinas del colchon, si en las sabanas habia algo escondido, en las almohadas, en el mueble mismo (todo bajo la atenta mirada de la chica)

Cuando termino, inmediatamente si dirigio al cajon donde estaba sentada ella, quien reacciono exageradamente y mirandole con cara de "No veras aqui, maldito pervertido"

La miro con tranquilidad, tratando de transmitirle ese fastidio que tambien él sentia con todo aquello... pero ella seguia encaprichada con ese dichoso mueble...

...

Sonrio ligeramente

- Jülchen Beilschmidt -hablo mientras hojeaba un pequeño expediente que Servicios Escolares le dio con especial cuidado - Segun tu historial, realmente eres una chica asombrosa... y por la rapidez con que limpiaste el resto del cuarto, yo tambien lo creo - suspiro - Pero si no me dejas ver esos cajones, todo se quedara registrado en tu asombroso expediente y manchara enteramente tu reputacion con la suspension de 1 mes que pueden darte...

... ¿Reaccionaria con esa pequeña tactica? Quien sabe, pero queria intentarlo

-Muy bien - al ver su gesto renuente, "anoto" la sospechosa falla, acompletando asi los puntos-menos suficientes para una suspension seria -Eso es todo -camino a la puerta -Si no te satisface, bien puedes quejarte en Servicios Escolares y "tratar" de que el castigo sea menor

Tambien guardo lo necesario en sus apuntes del celular, ya enviados y retenidos en el correo electronico de la administracion

- Soy Glen Kirkland, por si deseas "acusarme"

No le quitó ojo en ningún momento, tras haberle sacado aquella revista, no iba a permitir que le volviera a enseñarle cosas que no debían de estar en aquella habitación. Atashi-sama tenía una reputación que mantener en aquel centro tan poco asombroso.

Cuando habia terminado de revisar toda la habitación, que por cierto, Atashi-sama no entendía el por qué de mirar en las almohadas, ni que tuviera un cuchillo metido en ella... Le tocaba mirar en aquella cajonera, pero la prusa seguía en sus treces de no dejarle mirar en ella. Por lo que con una mirada de odio le "invitaba" a salir de manera tranquila de su habitación y que no volviera a molestar más.

Escuchó sin retirar su gesto molesto las palabras de aquel chico, desde luego que era asombrosa, y no hacía falta mirar unos papeles para saberlo. Derrochaba lo asombroso por todos sus poros. A pesar de eso, como cualquier alumna del centro, el hecho de que pudieran suspenderla le asustaba un poco, y más cuando había tenido tantos problemas con la Administración del centro, entre sus broncas con alumnos y profesores, las prusa acudía al despacho del director en más de una ocasión a la semana. Seguro que el mes sería aun peor...

Siguió escuchándole, no. Los Servicios Escolares también la tenían en el punto de mira tras haberle hecho una pintada en sus despachos con pintura roja en la que se podía leer "Bar Hunde" (Perros del Colegio). Nunca pudieron comprobar que hubiera sido ella, aunque por las letras en alemán y el tono rojo, los Servicios sabían que se trataba de ella.

No le quedaba otra de coger su orgullo de "dama" y dejarle que viera aquella cajonera si quería llegar al final del año "sin problemas". Aunque claro, no se lo iba a poner tan fácil.

—Erste—Alzó el tono para llamar la atención del chico del que ahora sabía su nombre.—Creía que los teléfonos estaban prohibidos en el centro.—El propio había sido confiscado por un profesor aquella misma semana.—Zweite—Continuó saltando de nuevo de la cajonera acercandose a él con pasos firmes—tú tampoco querras que los pocos asombrosos Servicios Escolares te llamen.—Hablaba sin saber nada, pero imaginó que alguien con ese puesto, ser llamado por ese grupo de imbeciles sería bastante malo.—Dritte—Volvió a la cajonera, aunque se colocó a su lado—Ich hasse dich(te odio)—Para la prusa aquello era importante, y por lo tanto había que ser enumerado.—Uns viertens (Y cuarto)—Aquello tenía que decirlo con cierto encanto prusiano puesto que iba a perder parte de su orgullo con aquellas palabras. Sonrió, tenía las palabras adecuada—Atashi-sama te da permiso para que mires, aber (pero) no mires más de la cuenta, y no toques nada.—Sonrió lascivamente para añadir—El que luego a la noche tengas sueños humedos con Atashi-sama no te lo voy a poder controlar.—Y es que sabía de sobra que no allí no tenía nada que pudiera avergonzarla, es más, si mostrara aquello su asombrosa persona aumentaría considerablemente.

Se apoyó con un brazo en la cajonera y suspiró esperando que aquel mal trago pasara de manera rápida.

... 1. Sí, estaban prohibidos los celulares, pero la Administracion le debia demasiados favores como para ponerse "estricto" con él

2. No le importaba en lo absoluto que le llamaran: bien podrian quitarle el cargo de Prefecto (ansiaba que eso pasara), o solo dirian meras estupideces para luego dejarle ir como si nada. En ambos casos, representaba meramente una perdida de tiempo

3. ¿Lo odiaba? Bien! Como si eso significara algo

4. Era hombre, pero no por eso era un pervertido que se excitaba con cualquier cosa que tuviera una mujer. ¿Y sueños humedos? En verdad creia que era un crio de 19 años?

Ennumero todas las respuestas en su mente, pero no se las dijo: causaria mas problemas de los necesarios

Asi ella abrio esos "atesorados" cajones... que habia? Mera ropa interior...

...

Tanta discusion para eso? Aunque no se extraño: todas las mujeres eran demasiado precavidas con esos detalles

Aprecio brassieres y pantaletas de diferentes colores (prevalenciendo el rojo) con diseños demasiado atrevidos... ¿Y lo acusaba a él de pervertido? Solo podia imaginar a unas cuantas chicas de la escuela que podrian usar ese tipo de ropa sin morirse de pena

Ahora, tenia que revisar enteramente los cajones, pero como le "prohibio" tocar aquello, necesitaba nuevamente de su cooperacion

-Debo revisar las tapas de abajo y las esquinas - aviso con voz tranquila - Y como tu ropa es demasiado asombrosa para que yo la toque, debo pedir tu ayuda para que la muevas - ella le dirigio esa mirada de fastidio - Sabes que soy un prefecto haciendo su poco asombroso trabajo... y seria una verdadera deshonra para ti que alguien como yo tocara tus cosas

Funcionaria otra vez? Ni idea, pero si se negaba, tendria que hacer el trabajo él mismo

Lo miraba fijamente sabiendo el tipo de ropa interior que tenía, estilo que escaseaba en aquel centro por lo que había podido apreciar en el resto de sus compañeras en los vestuarios antes de salir a correr. Claramente no todas las mujeres tenía la suerte de poseer un cuerpo tan asombroso como el de Atashi-sama.

El gesto del chico al ver la ropa interior no pasó desapercibido. Carraspeó un poco y empezó a dirigirse a él sin cambiar el tono autoritario que siempre utilizaba.
—Mi asombrosa ropa interior es privada, tu cara de pervertido es pública—Y con ello se quedó tan tranquila.

Jülbird estaba apoyada en el filo del mueble expectante a que el Prefecto cometiera alguna infracciónde las normas que le había dicho su dueña, y así poder picotearle.

Tras escuchar de nuevo sus palabras, mostró su gesto de enfado, mientras apretaba un puño. Hubiera golpeado a cualquier lado, si antes no se hubiera lastimado con sus propias uñas bien cuidadas y en tonos rojizos. Atashi-sama tenía hasta las uñas asombrosas.

Lo empujo apartandole de los cajones, para que le dejara espacio y poder hacer aquello que le había pedido mientras murmurabas todas las maldiciones, palabras mal sonantes y diferentes muertes en su idioma natal, así al menos no la podrían acusar de insultar a las "autoridades".

—¿Vas a molestar a Atashi-sama mucho más?—Dijo algo fastidiada, mientras empezaba a mover sus manos dentro de los cajones mostrándole todos los rincones del cajón, mientras intentaba no desordenar demasiado aquello. Quizás lo único que mantenía ordenado.

Por nada en el mundo iba a permitir que sus manos de pajero (?) mancillara aquellas prendas tan privadas. Una vez que había enseñado todo los rincones de aquellos cajones, volvió a dirigirse al ser poco asombroso.

—¿También quieres que te enseñe uno a uno mis asombrosos sujetadores para que veas que no tengo nada peligroso escondido entre las copas?—Le preguntó con gesto molesto, cruzandose de brazos, con todos los cajones abiertos por si al chico se le ocurría algo más que hacer para molestarla.

Suspiro ante ese comentario... pero enseguida sonrio: quiza no vendria mal fastidiarla aunque fuera un poco (se lo habia ganado despues de pasar todo el rato molestandole)

-No sera necesario - dijo con aparente indiferencia- La copa es demasiado pequeña como para ocultar alguna arma, sobres de drogas o algo parecido - "anoto" que todo estaba en orden

Nada le faltaba la ventana: la abrio y se asomo lo suficiente para ver si en el marco habia algo indebido... claro que en ese tiempo sintio algun tipo de aura asesina (y que moria por empujarlo), pero no permanecio mucho para evitar darle la oportunidad

-Ya es todo - camino a la puerta - Servicios Escolares te informara cual sera la pena por romper varios de los protocolos dictados en el reglamento

Tacho en sus notas lo "sospechoso" de esos cajones, algunas cosas que ya habia visto en el armario y coloco un pequeño recordatorio "Recogio la habitacion en menos de 2 minutos"

Al parecer ya no faltaba nada mas...

En cuanto dijo los de las copas, se llevó sus manos a los pechos, cubriendolos con un gesto ofendido. No tenía los pechos pequeños. Los tenía de un tamaño asombrosamente perfecto. Lo miró con odio, mientras se dedicaba a mirar la ventana. Ojala no hubiera nadie abajo, sino sus días como Prefecto acabarian ahí mismo. Bueno... Sus días en general.

Escuchó sus últimas palabras. ¡¿Cómo que pena?! ¡¿Encima con esos perros del colegio?! Lo más seguro es que le pusieran una pena a un mayor de la que le correspondía. Tenía que hacer algo para impedirlo.

Saltó por encima de la cama hasta llegar a la puerta antes del Prefecto, para evitar que saliera. Se colocó de tal forma que le impedía el paso. Mientras le seguía mirando con odio, a pesar de que no estaba en posición para eso.

—No puedes mostrarle esas notas poco asombrosas a los Servicios Escolares.—Se mordió la lengua antes de decir que la matarían y colgarian su asombroso pellejo como bandera del centro, como pena.—¡Vamos! Ser tan asombrosa me tiene que dar algún puntillo para que no envies nada en contra de Atashi-sama—Hablaba con bastante seguridad.

... Bien, que ya habia pasado antes por la situacion de que le rogaban que no los delatara en la Administracion (y mas ahora con la revision de habitaciones), ¿pero ahora ponerse en frente de la puerta para evitar que saliera? Era algo ridiculo tomando en cuenta que ya eran chicos de preparatoria...

Ahora... quiza era por el cansancio (o fastidio)... sin embargo, ¿ella pretendia que con solo decir "mi asombrosa persona" iba a lograr convencerlo? No sonaba NADA convincente diciendo eso, y mas por la posicion en la que estaba

... por otro lado, no es como si fuera realmente posible "sobornarlo", sobre todo porque aborrecia la idea: ver tantas injusticias dentro de la Administracion (y en varios trabajos que hacia de vez en cuando fuera de la escuela) le enseñaron que la gente asi era totalmente despreciable...

-No puedo ayudarte solo por ser "asombrosa" -suspiro - Te hubieras ahorrado muchos problemas si mantuvieras tu habitacion limpia con regularidad

Ella, EN VERDAD, no parecia tener intenciones de dejarlo salir

Volvio a suspirar mientras se sobaba las sientes

...

Esto iba a ser largo

¿Cómo que no bastaba? Claro que bastaba. Ser asombrosa debía de ser la cosa más asombrosa que había en el universo, y ella era asombrosa, quizás la única persona viva asombrosa, por lo tanto, SÍ podía ayudarla sólo por ser asombrosa.
Seguía en sus treces de no dejarle salir, e incluso planeaba utilizar la fuerza si hacía falta, y aunque parecía que no, la prusa era bastante fuerte. Un golpe en buen sitio, cosa que no sería la primera vez que daba y...

—Oh, vamos. ¡No seas tan poco asombroso!—En aquellos momentos, sonaba como una niña cursi de papá, lo que hizo que añadiera otra frase, en un registro diferente de voz—Tengo cosas más importantes que hacer, además, es la primera vez que veo en estos problemas nada asombrosos...—Aquello si tenía que contar. Había escuchado que en multitud de ocasiones los prefectos dejaban de pasar aquello, si era la primera vez, y en algunos casos si era la segunda o incluso la tercera. Y por suerte, en ese aspecto el centro estaba orgullosa con ella. Nunca habían encontrado nada indebido en su habitación.

Por nada en el mundo iba a permitir que la dejasen en manos de esos cerdos absolutistas (?). Se cruzó de brazos, haciendo un mohín en el rostro, aguantándole la mirada, demostrando aun más seguridad. No se preocupaba por el tiempo, había aguantado más de una noche entera de pie y con tacones. Podía aguantar estar de pie y más cómoda.

Ella hablaba de que tenia cosas mas importantes que hacer? ¿Y él que? No es como si estuviera haciendo aquello por que quisiera, o como si tuviera todo el tiempo del mundo: aun le faltaban otras 20 habitaciones que revisar

Suspiro largamente tratando de que le llegara un poco mas de aire a sus pulmones. "Paciencia" era su cualidad que debia resaltar en ese momento...

Era basica una solucion para ambos: ella buscaba no meterse en problemas y él solo queria terminar aquello, ¡pero eso no significaba que la dejaria librarse de aquello con tanta facilidad! Como toda persona que rompia las reglas, debia recibir un castigo...

...

Ahora que lo pensaba, tenia entendido que los prefectos podian pasar por alto tres veces que un mismo alumno tuviera cosas indebidas en su habitacion... sin embargo, tambien las faltas a ignorar tenian un limite

Reviso sus anotaciones...

...

Eran... demasiadas faltas...

-Si, es la primera vez, pero ni aunque elimine las faltas que contarian como tus tres oportunidades podrias librarte de un castigo -suspiro -Quiza dejen que te encargues de los salones despues de clases por unos meses... tal vez deberas ayudar en el jardin... Se dirigio a la ventana y se sento ligeramente en la orilla para descansar un poco.

Como dijo, esto iba a ser largo

Rió con ganas. ¿Encargarse de las aulas? ¿Ayudar en el jardín? ¿Unos meses? Nah... Eso para cualquier otro alumno. Para ella como mínimo la pondrían a hacer ambas cosas, durante el resto del año lectivo, y quien sabe si luego no la obligaban a ir en verano. No... Se notaba que ese aquel ingenuo prefecto hacía tiempo que no pasaba por el centro. Desde luego si aquello era así, con Atashi-sama se saltaban aquellas normas, llegando a rozar el abuso del poder contra los alumnos.

—Nein...—Negó con una risa sarcástica. Aquello le hacía bastante gracia. Ahora era hora de sacar los trapos sucios del colegio—La última vez que Atashi-sama estuvo en manos de aquellos perros del colegio, la pusieron a limpiar los vestuarios y los baños, despues de las actividades extraescolares. Tres meses.—Había sido los tres peores meses de su vida, puesto que encima, aquellos inútiles deportistas con cerebro de mosquitos no hacían otra cosa que ensuciar aun más aquello. Incluso el mismo órgano educativo se encargaba de hacerselo más dificil. Por suerte ya estaba planeando su Rache (venganza).

—Es más—Colocó las manos en las caderas, y dobló el torso hacía el chico—Al comienzo de curso me metí en problemas, nada graves...—Simplemente había colgado por todo el instituto fotografías del director con su amante en pose... "Algo subida de tono"...—Y como aquí no había nada que hacer, mandaron a Atashi-sama a donde tú estás estudiando, a ayudar en las cocinas...(?)—Sonaba bastante frustrada por todo aquello. Lo que había pensado antes. Como la dejasen en manos de aquella mafia clandestina, harían una bandera asombrosa, y seguro que se comían a Jülbird. ¡No podía permitir eso!

... bueno, no le extrañaba nada de lo que decia la chica: la administracion abusaba demasiado de su poder...

... pero tampoco es como si ella fuera una "blanca paloma": seguro que tambien hacia cosas para merecerse eso... o tal vez no, pero con ese caracter que tenia, obviamente se le salian palabras que no deberia decir

...

Esto iba a durar un rato

Saco su celular y marco el numero de otro prefecto que tambien estaba haciendo revision de habitaciones, pero en los edificios D y E

-Hola... si, soy yo - volteo la mirada a la ventana -Encargate de lo que resta del edificio C: ha surgido un problema - escucho al tipo protestar - Cuelgo - y lo hizo antes de seguir oyendo preguntas estupidas

De otro de sus bolsillos saco un cigarro y un encendedor. Lo prendio, pero no se movio de la ventana abierta: por ahi podria salirse el olor y ventilar el lugar

Noto que ella le miraba con cara de "Si me delatas, yo lo hare contigo"... y adrede fumo con mas placer: hasta lo hacia en la sala de maestros y en Servicios Escolares

-Que sugieres? - pregunto aburrido - Es obvio que no me convenceras con que "eres asombrosa", y no estas en posicion para hacerte demasiado digna - exhalo mas humo - No puedo dejar las cosas asi, sin embargo, tampoco me convence dejarte en manos de la Administracion.. asi que, que sugieres?

¡¿Tenía el valor y la osadía de ponerse a fumar en su habitación?! Se cruzó de brazos con el ceño fruncido. Esperaba que a pesar de estar al lado de la ventana, luego no quedaran malos olores. Como fuera así, iba a gastarle una de sus pequeñas bromas. Sonrió, dejándose caer con la espalda apoyada en la puerta hasta tocar el suelo. Se sentía idiota de pie.

Comenzó a jugar con Jülbird, mientras escuchaba lo escuchaba de nuevo. Cuando terminó de hablar, ambas, dueña y pájaro, se le quedaron mirando. Sino fuera Atashi-sama, lo más seguro es que tras escucharle decir que no le convencía dejarla en manos de la Administración, hubiera saltado y corrido a hacía el Prefecto para abrazarlo. Pero no, era Atashi-sama.
—¡Kesesese~! ¡Al final no vas a ser tan poco asombroso como aparentas!—Sonrió allí sentada.

Pensó unos instantes aquello que le preguntaba. No se le ocurría nada, salvo lo típico en Atashi-sama...
—Tú no me delatas, y Atashi-sama te deja tranquilo—Sonaba a una mafia clandestina. Luego volvió a reir, aquellas palabras que... ¿se llamaba Glen?... daba igual, le había dicho, habían conseguido que Atashi-sama se relajara un poco y no estuviera tan a la defensiva. —¿No, verdad?—Quien sabe por qué, pero añadir esas palabras u otras parecidas en alguna frase, hace que todo suene a broma.

La verdad es que en algo pensaba. Aunque no le iba a decir nada. Haber hasta cuanto llegaba aquel chico y si a él se le ocurría algo mejor que a ella. Por la verdad es que la idea que tenía no le hacía mucha gracia...

"Dejarlo tranquilo"? Vamos, no podia estar hablando en serio, ¿tenia la oscura intencion de hacerle "la vida imposible? Ha~ si fuera cualquier idiota se sentiria intimidado, pero luego de todo lo que habia pasado con Scott y Bryan (sólo se debia revisar sus antecedentes penales) ya era practicamente indestructible

Aunque, por otro lado, se tranquilizo cuando ella tambien dejo un momento su actitud defensiva: tal vez ya tenian mas posibilidades de solucionar las cosas con cierta civilidad...

... Pero pensandolo mejor, ¿que podria hacer ella para pagar sus faltas, pero sin tener que recurrir a la Administracion? Claramente no podia asignarle tareas que tuviera que ver con las instalaciones porque Servicios Escolares se daria cuenta del cambio... tampoco podia pedirle que le ayudara con sus trabajos de prefecto, pues tambien se darian cuenta y, lo mas probable, iniciaria un reinado de terror o algo parecido...

... ¿Tal vez querria dinero o una de esas cosas? IMPOSIBLE. Totalmente descartado...

... ¿Algo que la implicara como "mujer"? MUCHO MENOS. A pesar de que muchas cosas le importaban una mierda, siempre se portaba como un caballero ante las chicas... incluso frente a "esa"

...

...

No, ni idea de qué hacerle... sin embargo, igual estaba bien: seguro que cualquiera de sus sugerencias serian totalmente rechazadas, asi que era mejor que la solucion fuera propuesta por ella

Inhalo un poco mas de humo, mirandola tranquilamente

Observó como la miraba, y sin poder evitarlo empezó a hacer tonterias. Primeramente le sacaba la lengua con total seriedad, como intentando hacerle ver al chico que lo que veía era simple producto de su imaginación. Luego empezó a mover sus asombrosos ojos rojos. Derecha, izquierda, arriba, abajo, mirándose la nariz. Todo con absoluta seriedad. Aunque poco le duró, ya que luego empezó a descojonarse. Se reía a carcajadas de aquellas tonterias que ella misma hacía. Desde luego no servía para los momentos de tranquilidad y seriedad.

De la risa que le daba, comenzó darle varios manotazos al suelo, mientras intentaba controlar su cuerpo, aunque no podía.
—¡Kesesese~!—Suspiró, intentando cortar aquella sonrisita que siempre quedaba tras un ataque de risa.—¿En serio tiene Atashi-sama que pensar algo?—Le observó, a pesar de que tenía ideas en mente, siempre le gustaba hacerse de rogar. Además, al igual que las personas asombrosas, las ideas asombrosas son las últimas en aparecer.

Observó el resto de la habitación. Sin duda le faltaba una única cosa para poder sentirse como en casa.
—Agh... Atashi-sama tiene ganas de una cerveza...—Suspiró, abrazándose las rodillas. Que ganas de que aquel infierno terrenal acabara para poder beber una buena cerveza.

Volvió a mirar al chico, con cara de, ¿y tú que haces aquí? Hasta que cayó en la cuenta. Tenía que pensar algo.
—Lo único que se me ocurre es que seas tú el que me pongas el castigo poco asombroso. Aunque me temo para que sea así, tendrá que ser fuera de clases, ¿no?—Le dijo con tranquilidad.—¡Aunque siempre puedes escoger la opción de que Atashi-sama te lleve a distinguir todos los tipos de cervezas alemanas! Seguro que con lo señorito que eres, ni siquiera saber distinguir las Ale, de las Lager—Mein Gott! Si que tenía ganas de una cerveza. Para ofrecerse a eso, Atashi-sama debía de estar desesperada.

Acaso era una niña pequeña haciendo todas esas muecas, para finalmente comenzar a reirse? Suspiro con discrecion: hasta la pregunta era tonta (solo habia que tomar en cuenta su caracter)

Mientras tanto seguia fumando... ¡Casi se terminaba su cigarro! Cosa que le frustro bastante: no es que no tuviera mas en su chaqueta, pero para no volverse un fumador demasiado compulsivo, tenia como propio limite fumar una vez en la mañana y dos veces durante la tarde... Mero autocontrol (podria decirse)

Luego la escucho nombrar el alcohol... oh, adorada sustancia! Coincidia en que necesitaban algo asi para pasar el rato, ¡pero no caeria con esa! Primero tenia que arreglar esa situacion antes de tirarse de borracho...

Sin embargo, al oir su "opcion", no pudo evitar sotar una pequeña risa

-Que me enseñaras a distinguir cervezas no seria un castigo para ti, si no un mera distraccion que rayaria en lo "aburrido" - quiza en verdad no sabia mucho de cervezas, pero eso no significaba que varios de los mejores licores le fueran desconocidos - Y sí, tendrias que hacer algo fuera de la escuela... pero insisto en que tu decidas: cualquier cosa que yo proponga sera "poco asombrosa"

Cierto. Allí la única que daba ideas asombrosas era Atashi-sama. Observó el lugar de nuevo. Siempre le quedaba aquello, a pesar de que no le hacía ni puta gracia... pero prácticamente era lo único que se le ocurría, y que no la humillaba. Por que desde luego no se iba a humillar por aquel ser poco asombroso.
Observó como su cigarro estaba casi terminado. ¿Dónde iba a echar esa maldita colilla? Como la colocara en uno de sus asombrosos objetos, lo iba a tirar por la ventana.

—¿Quien dice que los castigos siempre tienen que ser malos? Además, aguantarte mientras bebo cerveza es ya suficiente castigo—Sonrió de manera encantadora, como siempre era Atashi-sama, además estaba de broma. Ya que la iba a ayudar con los cerdos, lo mínimo que podía hacer, que era lo único que iba a hacer, sería tomarse todo aquello a broma. Continuó pensando otra cosa. Pensamiento... pensamiento... Oh, de aquellas palabras había un chiste. No pudo evitar volver a reir a recordarlo. Aquel era uno de los mejores chistes que había visto en su vida. Miró al prefecto. Quizás se lo podía contar... Nah, seguro que después de eso, le pondría un castigo poco asombroso... Mejor se guardaba ese humor para ella.

—¡Agh!—Pateo el suelo un par de veces, frustrada por que no quería hacer ese tipo de cosas.—¡Para lo único que es buena Atashi-sama es en la limpieza y en el jardín! ¿Se te ocurre algo con eso?—En la limpieza ya lo había demostrado, ante la rapidez con la que había recogido todo aquello. Desde luego que era buena, aunque nunca le daba por aquello... Era demasiado asombrosa como para dedicarse a hacer ese tipo de cosas.

... ¿Buena con el jardin?...

...

Tuvo que reprimir una carcajada, ¡en momentos asi amaba tanto su gesto inexpresivo! Nunca nadie se daria cuenta de esos pequeños arranques interiores... ahora, volviendo a lo de la jardineria, ¿estaba hablando en serio? ¿Ella era "buena" con la jardineria"?

Se mordio el labio para sustituir "risa" por "dolor"... ¡es que era sencillamente gracioso! Eso significaba que sí era una chica despues de todo... una con un caracter demasiado egocentrico, berrinchudo, cinico y demasiado problematica... ¡pero buena en el jardin! hahahahahahahahaha

-Mmmm - penso un momento - Si ese es el caso, bien podrias ayudar con el mantenimiento de los jardines de la seccion Universitaria...

Los jardines de esa seccion eran atendidos por alrededor de 10 personas... sin embargo, a todos les faltaba un "toque" de mas belleza... quiza como flores o algo asi...

Las oficinas principales de la Administracion se ubicaban lejos de la Universidad, y para alguna "autoridad", estaba el consejo estudiantil, los prefectos y el ya comprado Rector... asi que, en pocas palabras, "él" era el que tenia mas poder sobre las autoridades en toda la universidad

-No habra problemas - le aseguro inhalando lo ultimo de su cigarro - Iremos con el jefe de jardineros para ponerte a su cargo - suspiro - Es uno de los pocos tipos que no abusara de ti, asi que hazle caso en lo que te diga... - y era verdad - Lo ayudaras dos meses durante las tardes, a partir de las 16:00 hasta las 20:00, sabados todo el dia y los domingos estaras libre

No se lo estaba preguntando, evidentemente

-Que te parece? Y piensa que no estas en posicion de ponerte demasiado exigente - guardo la colilla del cigarro en su chaqueta

Supo, aunque intentara ocultarlo que sus gestos, que le había hecho gracia aquello que había dicho. Por lo que no dudo ni un instante en dedicarle una mirada de odio. ¿Qué tenía de gracioso que Atashi-sama se dedicara al cuidado de las plantas? ¡Era una actividad asombrosa para alguien asombrosa como ella! Envidioso que seguro que se le morían hasta las plantas de plásticos.

Antes de que pudiera dedicarle alguno de sus "bellos cumplidos", aunque todos los que le salía en esos momentos eran alemanes, volvió a hablar, así que se calló y prestó atención. ¿Ayudar a esa panda de inútiles que ni siquiera sabían distinguir un árbol perenne, de uno caduca? ¿Es que no había nada peor? Suspiró, sino había más...

—¡¿Todos los míseros días, menos el domigo?! ¡Eso se llama explotación!—Le gritó, antes de terminar de oirlo hablar. ¡No estaría en posición, pero aquello no era nada asombroso...! ¡Luego pretendía que mantuviera su habitación ordenada! Si tenía que mantener el jardín casi todos los días, ¿cuándo se dedicaba a sus tareas del instituto? ¿Y a planear las bromas para el centro? ¿Los domingos? ¡Los domingos eran para dormir!

Se cruzó de brazos, allí sentada en el suelo. Sabía que el jardinero era buen tipo. En varias ocasiones, Atashi-sama le había varios consejos asombrosos para cuidar sus plantas, aunque no es que lo viera demasiado por el centro. Le había ofrecido muchas veces un puesto para la sección, pero la chica siempre se negaba. Y mira por donde iba a ponerse a trabajar en jardineria.

Bueno, al menos aquello era mejor que cualquier cosa que se le pudiera haber ocurrido a la mierda de Administración y a los hijos de perra del Consejo Escolar. Todo había que decirlo, aunque nunca se lo diría al prefecto. No era de las que admitieran algo asombroso y no hecho, pensado, dicho, por ella. Se quedó tranquila, mientras suspiraba, apoyó las manos en el suelo, estiró sus piernas, y observó como Jülbird se quedaba dormida encima de su regazo. Después de comer siempre se dedicaba a dormir.