Pésimo primer día (Libre)

A..aa..ATCHO!! -Agotado el Islandés se recuesta de una vez sobre la camilla de la enfermería, debilitado y exhausto, se mantenía así después de estornudar casi ocho veces seguidas. Se toca la frente esperando notar tener algo de fiebre, y así era, su temperatura había subido-

Maldición...¿Por qué ahora? ¿Por qué hoy? -murmura irritado el alvino, enojándose consigo mismo y cada vez más que iba soltando uno que otro insulto. Hoy exactamente era su primer día en el instituto. Un simple resfriado no le arruina el panorama a nadie, pero esta vez se sentía pésimo. Su blanca piel enrojecía levemente por la fiebre presente, mientras que su garganta le empezaba a arder y picar- Mi garganta...

Si te duele mantente en silencio ¡Eso te pasa por no cuidarte! ¡¿ahora vez que tu resfriado empeoro?! ¡Niño! -chillo Puffin, que se posaba sobre las barandas de la camilla. El Islandés no le hizo el mínimo caso, pero le enojaba más saber que su mascota tenia toda razón, al creer que podía controlar su resfrío, pero desafortunadamente y descuido suyo no fue así, ahora se encontraba inútil sobre una camilla

Ya voy a estar bien... -La encargada de la enfermería le ofreció unas pastillas, pero este las rechazo, diciendo nuevamente que iba a estar bien-

que triste saber que tu primer paradero en tu nuevo instituto sea la enfermería, Emil solo suspiraba profundamente

-¡SUELTENME! ¡YA ME LAS VA A VER ESE IMBÉCIL CARA DE RANA! ¡QUE ME DEJEN!-

Los gritos del británico resonaban por cada uno de los pasillos cercanos y se iban acercando poco a poco al silencioso rincón de la enfermería, hasta que, luego de unos inminentes segundos, el ingles era arrastrado por la puerta tomado de los brazos por dos alumnos menores. Y aunque la escena era de por si llamativa, lo que mas atraía la atención esta vez era el estado mismo en el que se encontraba Arthur, con un hilillo de sangre que le bajaba de la sien hasta el cuello y parte de la otra mejilla completamente roja por un golpe.

Lo arrojaron sobre un asiento a duras penas y lo mantuvieron ahí mientras la enfermera algo asustada curaba sus heridas, mientras el susodicho no paraba de mirar con un increíble odio hacia la puerta, como si esperara que en cualquier minuto el objeto de su frustración atravesara la puerta y la lucha se desatara de nuevo.

Pero luego de unos minutos las cosas parecieron calmarse, los chicos se fueron y a enfermera dejo a Arthur sujetando una bolsa de hielo contra su mejilla mientras este miraba su alrededor ausente en sus pensamientos.

Poco se daba cuenta de la presencia del menor y su mascota sobre la camilla...

Antes cuando había entrado a la enfermería con ayuda y guía de una auxiliar no se había percatado de como lucia el cuarto: este era amplio y muy luminoso debido a los grandes ventanales que acompañaba a la luces de la habitación, ahora podía observar con mas calma todo lo que le rodeaba. Sin mencionar que también era muy tranquilo y silencioso el lugar, eso al Islandés le agradaba, a pesar de que era una enfermería lo encontraba bastante acogedor, tanto que no tenia ganas de levantarse de la camilla e ir a su nueva habitación y arreglar sus pertenencias que ni siquiera como primera prioridad al llegar al instituto pudo hacer…y eso que ya se sentía mucho mejor. Sin embargo se sentía aun cansado.

- ¿uh?...-unos gritos que venían de afuera en el pasillo interrumpió su inspección tanto como sus pensamientos, llamándole la atención. Los escándalos parecían aproximarse debido a que se hacían más fuertes. Se incorporo en la camilla para ver lo que sucedía.

En cuanto vio entrar al causante del bullicio desvío la mirada inmediatamente para no parecer interesado, pero no podía evitar no estarlo, observaba de reojo al rubio en el asiento siendo atendido por la enfermera. En las condiciones que se encontraba el joven realmente le llamaba la atención. La mirada de odio, mas que nada por eso pudo notar que se habia tratado de una pelea, si, una pelea debió ser. Trago saliva, realmente no se imaginaba en esa clase de conflictos y terminar en esas condiciones.

- hahaha… pero que golpiza le dieron -río Puffin siendo callado inmediatamente por el Islandés, esperando a que el joven rubio no haya escuchado el comentario. Algo que odiaba de su mascota era que podía ser muy molesto y desubicado, y que su voz era totalmente desagradable a pesar de que tan lindo fuese el pequeño frailecillo.

Su mente y mirada habian estado en todo momento fijas en la puerta, esperando, acechando por la más minima oportunidad de continuar el enfrentamiento de hace un rato. ¿Que se creia ese estupido frances? ¿Ah? ¿Que acaso podia hacer lo que se le antojara con el y con el resto? No señor, este colegio era su territorio y no se lo iba a permitir...

Pero hubo algo que distrajo su atención, una voz bastante peculiar que comentaba los resultados de su pelea y, aun enojado, se dio la vuelta para dar el autor de aquellas palabras.

-Mira amigo, a mi me vale m...-

Pero ahi quedaron sus palabras cuando descubrio al chico de cabelos blancos y a su mascota sentados en la camilla cercana a el. Sus ojos, antes irradiados de odio se vieron atacados por la sorpresa y fue ahi cuando se dio cuenta de lo estupido que se veia y la ridicula manera en la que estaba actuando. Bajo la mirada y la desvio pensando por un par de segundos, hasta que porfin se dio el valor de decir:

-O-oye... lo siento, no debiste ver todo lo que acaba de ocurrir...- murmuro algo complicado por el atisbo de orgullo que lo dominaba.

- ¿No debí?...con todo el molesto escándalo... parecía casi imposible no prestar atención -Menciono el albino frunciendo levemente el ceño. El joven rubio de por si ya parecía conflictivo tanto por apariencia como su manera de casi dirigirle la palabra a su frailecillo al principio. Pero había que ser mas razonables, quizás él aun seguía molesto por lo que le acababa de pasar, sea lo que sea que fuera y desconociera, siendo esa la razón de su mala e impulsiva compostura, sin embargo tenía que admitir que la primera impresión de aquel chico no le había gustado

Pensó que a lo mejor fue muy directo al responderle, por lo que de alguna manera sintió culpa, pues después de todo el rubio se había disculpado luego. Aclaro la garganta, se le era algo difícil hablar en las condiciones que estaba esta, pero no imposible, solo tenia que hablar mas bajo y no habría dolor.

- Se podría saber… ¿qué fue lo que le sucedió? -pregunto, ahora si estaba interesado; le interesaba saber quien era él y quien era aquel o aquellos con quien se enfrento. Necesitaba saberlo pues desde ese mismo día el albino estaría viviendo ahí y tenía que estar al tanto de lo que sucedía en su nuevo instituto

Spoiler: